Según los datos de la Superintendencia de Pensiones, la reducción de cotizantes al sistema de pensiones entre abril y junio de 2020 fue de un 33%, exactamente 602,749 contribuyentes, pero resulta que los fondos manejados por las AFP, en vez de disminuir, ascendieron a 603 mil 411 millones de pesos y un poco más.
¿Y se vieron afectadas las ganancias de las AFP? Ya dirán que han sido menores que en el mismo período enero-junio del año pasado (que fue particularmente bueno para estos pulpos de las finanzas), pero eso es un espejismo. Mientras los dominicanos y dominicanas han perdido sus trabajos y salarios, cientos de miles han sido sacados del sistema y decenas de miles empresas han cerrado total o parcialmente, las utilidades de las AFP superaron los 2 mil millones de pesos, llegando a los 2,035 millones, superando las ganancias comparadas con el mismo período en 2018, 2017 y 2016, años en que no hubo ninguna crisis económica. Y todo a costa de la sociedad: trabajadores, empleadores y fondos públicos.
Es más: la AFP Popular, que maneja por mucho el mayor fondo (más de 211 mil millones de pesos) obtuvo ganancias récord comparadas con junio del año pasado: 956.5 millones a junio de 2020 vs. 867.1 millones a junio de 2019.
Tal como habíamos pronosticado y ante lo cual se hizo oídos sordos, con el nuevo esquema de comisión que el Poder Ejecutivo propuso y luego sometió con urgencia, y el Congreso Nacional aprobó a velocidad de microondas en febrero de 2020, las AFP ganan y engordan como quiera, y se hacen más ricas de lo que eran y sin preocupaciones, porque sólo dependen de que el fondo aumente, poco o mucho. El país trabaja para ellas.
Como dijimos durante todo 2019 y lo que va de 2020, ese nuevo esquema de comisión no sólo ratificó y mantuvo a las AFP en su sistema de ganancias parasitarias y libre de riesgos, sino que lo profundizó: aun cuando el PIB dominicano decrecerá en -5.3%, cuando al mes pasado teníamos 800,762 suspendidos y un número indeterminado de desahuciados, y se perdieron más de 600 mil cotizantes, las AFP tienen asegurada la maquinita de los cuartos, pues sólo dejaron de ganarse unos 21.5 milloncitos menos por la pérdida de cotizaciones.
Tres conclusiones deben quedarnos claras: 1) El negocio de las AFP es como sacar todos los meses camiones repletos de agua de un caudaloso río que cada día sube de nivel por las lluvias, aunque a veces sea con aguacero y otra jarineando; 2) Las AFP se oponen a la entrega del 30% o el monto que sea no por la defensa de los intereses de los afiliados ni por evitar una crisis, sino porque sus ganancias actuales vienen -sin dar un golpe- de los fondos que manejan, así que entregar el 30% significaría dejar de manejar 180,900 millones de pesos y perder más de 600 millones anuales en ganancias; y 3) Un debate político serio en este país no puede limitarse a quitarle momentáneamente a las AFP una parte del bizcocho que además sería a cuenta de los propios afectados, sino meterse valientemente con sus mecanismos de ganancias, y convertir ese patrimonio de la nación en un verdadero sistema de pensiones y seguridad social al servicio del país.